Ir al contenido principal

Amistad


Para juzgar la amistad, el espíritu y la edad han tenido que madurar. Cicerón.

Según el ideal griego, los mejores y más fuertes lazos emocionales son los de la amistad entre pares. Grayling.

Los amigos rectos y veraces, los amigos fieles y virtuosos, los amigos que han ilustrado la inteligencia, son los amigos útiles. Confucio.

Un hombre vale lo que valen sus relaciones. M. Merleau-Ponty.

¿Qué amigo es el que buscáis para matar las horas? Buscadlo siempre para vivir las horas. Gibran.

Parece que no hay nada hacia lo que la naturaleza nos empuje más que hacia el trato social... Y nuestra libre voluntad no tiene otro producto más suyo que el afecto y la amistad... Es un calor general y universal, que permanece templado e igual, un calor constante y sentado que es todo dulzura y delicadeza, que no es ávido ni punzante. Montaigne.

No existimos a menos que alguien sepa de nuestra existencia; cuanto decimos carece de significado hasta que alguien lo comprende, y estar rodeado de amigos equivale a la constante confirmación de nuestra identidad; su conocimiento y preocupación por nosotros poseen la facultad de arrancarnos de nuestra parálisis... Se nos reconoce un lugar en el mundo. Botton.

Un amigo es, entre otras cosas, alguien lo suficientemente amable como para considerar normales más características nuestras de las que acepta la mayoría de la gente... Nos aceptan por lo que creemos ser. Botton.

No conozco nada más grato que la charla con un amigo sobre cosas tristes. Sully Prudhomme.

Nuestro objetivo no es el cambiarnos uno en otro sino el conocernos mutuamente y acostumbrarnos a ver y venerar cada cual en el otro lo que él es, la pareja y el complemento. Hesse.

De pronto un ser humano, una persona viva que rompe la turbia campana de cristal de mi aislamiento y me alarga la mano, una mano cálida, buena y hermosa... Me había demostrado que hasta en mis más raras extravagancias no estaba yo solo e incomprendido y no era una excepción enfermiza, sino que tenía hermanos y que alguien me entendía. Hesse.

A la patria nunca se llega. Pero cuando los caminos amigos se cruzan, todo el universo parece por un momento la patria anhelada. Hesse.

A veces, lo que mejor demuestra que alguien te importa es dejar de meterte en su vida y permitirle hacer lo que quiera. Howard.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Zona de luz apenas

Por lo general, los días se arman solos con sus trabajos, sus penas y sus pequeñas alegrías. El momento del deber y la levedad del ocio, el trago amargo del error y el dulce elixir del triunfo. La vida pública, con su teatro, y el recogimiento íntimo, con sus perplejidades. El esfuerzo y el descanso. Casi todo ritualizado, o sea, trabado en una secuencia reglamentaria y alquímica. «Los ritos son al tiempo lo que la casa es al espacio», decía Saint-Exupéry, sondeador de sutilezas ocultas.  Las jornadas se suceden parejas, rutinarias, familiares, pero a la vez trepidantes del estremecimiento de lo vivo. Monótonamente fértiles, «escasas a propósito», decía Gil de Biedma en su poema Lunes : tan llenas de lo que nos falta, tan densas en su gravidez. «Quizá tienen razón los días laborables», se pregunta el poeta: la razón de no volar demasiado alto, de permanecer a ras de tierra, cerca de la materia compacta y humilde. Los lunes mucha gente está triste, pero pocos se vuelven locos.  Así pasa

Presencia

Aunque se haya convertido en un tópico, tienen razón los que insisten en que el secreto de la serenidad es permanecer aquí y ahora. Y no tanto por eso que suele alegarse de que el pasado y el futuro son entelequias, y que solo existe el presente: tal consideración no es del todo cierta. El pasado revive en nosotros en la historia que nos ha hecho ser lo que somos; y el futuro es la diana hacia la que se proyecta esa historia que aún no ha acabado. No vivimos en un presente puro (ese sí que no existe: intentad encontrarlo, siempre se os escabullirá), sino en una especie de enclave que se difumina hacia atrás y hacia adelante. Esa turbia continuidad es lo que llamamos presente, y no hay manera de salir de ahí.  El pasado y el futuro, pues, son ámbitos significativos y cumplen bien su función, siempre que no se alejen demasiado. Se convierten en equívocos cuando abandonan el instante, cuando se despegan de él y pretenden adquirir entidad propia. Entonces compiten con el presente, lo avasa

Conceptos y símbolos

La filosofía es la obstinación del pensamiento frente a la opacidad del mundo. En el ejercicio de su tarea, provee a nuestra razón de artefactos, es decir, de nodos que articulan, compendiados, ciertos perímetros semánticos, dispositivos que nos permiten manejar estructuras de significado.  Cuando Platón nos propone el concepto de Forma o Idea, está condensando en él toda una manera de entender la realidad, es decir, toda una tesis metafísica, para que podamos aplicarla en conjunto en nuestra propia observación. Así, al usar el término estaremos movilizando en él, de una vez, una armazón entera de sentidos, lo cual nos simplifica el pensamiento y su expresión por medio del lenguaje. Al cuestionarme sobre lo existente, pensar en la Forma del Bien implicará analizar la posibilidad de que exista un Bien supremo, acabado, abstracto, y según el griego único real, frente a la multiplicidad de versiones del bien que puedo encontrar en el ámbito de las apariencias perceptuales.  De hecho, aqu

Tristeza e ira

La tristeza es el desconcierto ante una vida que no responde. Es hija de la frustración. Pero entonces, ¿por qué se asocia más bien la frustración con la rabia que con la tristeza? ¿Será la tristeza una modalidad de la rabia, o al revés? ¿O se tratará de dos posibles reacciones para un vuelco del ánimo? Ante una contrariedad, la ira amagaría un movimiento compensatorio; la tristeza, en cambio, podría encarnar la inmovilidad perpleja.   Se adivina una familiaridad entre ambas. Spinoza la perfiló con perspicacia. «La tristeza es el paso del hombre de una mayor a una menor perfección», entendiendo por perfección la potencialidad o conatus que nos impulsa. Frente al impacto de una fuerza contraria, el melancólico se repliega en su puerto sombrío, pasmado, lamiéndose sus heridas, incubando la constatación de su miseria. La tristeza arrincona, hunde, disminuye, y esto sucede cuando una fuerza exterior nos supera y nos afecta, quebrantando nuestra propia fuerza. El depresivo es un derrotado

Dogmatismos

La única condición razonablemente exigible a una idea, para tomarla en serio y darle una oportunidad, es que se pueda discrepar de ella. Que se abra a la discusión con honradez, y no nos niegue de entrada la posibilidad de tener razón al llevarle la contraria. No hace falta que se nos muestre dudosa o vacilante, ni que pida perdón, ni que se nos dirija con reticencia: tiene todo el derecho a pretenderse cierta; en realidad carecería de sentido sostenerla sin esa condición. Pero en la actitud con que se nos dirige debe haber, al menos, lo que Popper denominó posibilidad de falsación , es decir, una apertura que permita cuestionarla, pedirle explicaciones, ponerla a prueba y, si es el caso, rebatirla. El único valor de una idea honesta es que se interese más por la verdad que por sí misma. Porque solo un sabor a verdad —o más bien el fracaso al refutarla— da sentido y validez a un pensamiento.  La mayoría de las doctrinas que rigen el mundo, sin embargo, no se atienen a ese limpio relati