Imaginación


Estamos condenados a experimentar aquello que no podemos imaginar. T. Moore.

Para mí, la terapia consiste en llevar la imaginación a los dominios que están desprovistos de ella, y que por eso mismo necesitan expresarse en forma de síntomas... Si podemos ver qué relato estamos viviendo cuando caemos en nuestros diversos comportamientos y estados anímicos compulsivos, entonces podremos saber cómo movernos más libremente a través de ellos, y con menos sufrimiento. T. Moore.

El alma humana no está hecha para que se la entienda... El cuidado del alma es una aplicación de la poética a la vida de todos los días. T. Moore.

La mitología, las bellas artes, todas las religiones del mundo y los sueños nos proporcionan una serie de imágenes inapreciables por cuya mediación se revelan y se contienen, simultáneamente, los misterios del alma. T. Moore.

Cada uno de nosotros tiene sus propias figuras divinas y demoníacas especiales, sus propios paisajes de otro mundo y sus propias luchas... En realidad estamos viviendo, a menudo inconscientemente, historias muy profundas... Si nos familiarizamos con los personajes y los temas centrales de nuestros mitos, podremos liberarnos de su influencia compulsiva y de la ceguera que nos imponen cuando estamos atrapados por ellos. Aquí volvemos a ver la importancia de algunas prácticas (como escribir un diario, trabajar con los sueños, hacer poesía, pintar o realizar una terapia) que intentan explorar las imágenes de los sueños y de la vida. T. Moore.

Los rituales neuróticos quizá denoten una pérdida, en la vida diaria, de un ritual que, si estuviera presente, mantendría al alma en la imaginación y lejos de toda visión literal. La neurosis se podría definir como una pérdida de imaginación. T. Moore.

El intelecto quiere un significado resumido, que está muy bien para la naturaleza resuelta de la mente. Pero al alma le apetece una reflexión profunda, muchos niveles de significado, infinitos matices, referencias, alusiones y prefiguraciones, todo lo cual enriquece la textura de una imagen o de un relato y complace al alma dándole mucho alimento para cavilar. T. Moore.

Los griegos daban el nombre de daimon a todos aquellos espíritus innominados que nos motivan y guían en la vida... Ficino recomendaba encontrar al daimon guardián que desde el principio está con nosotros: “Quien se examine a fondo a sí mismo encontrará su propio daimon”. T. Moore.

Hay que seguir adelante sea cual fuere el camino que uno esté recorriendo en ese momento–, girar a la izquierda, que significa dirigirse a lo inconsciente o sea al mundo de la imaginación y la fantasía, cruzar el puente levadizo –la división entre nuestro mundo consciente y el mundo interno de la imaginación– y así se llega al castillo del Grial, el lugar de la curación milagrosa... La visión que cura nuestras vidas se produce todas las noches en nuestro castillo interior. En el mundo oculto de los sueños y la imaginación se representa cada noche el milagro. La curación no está nunca muy lejos. R. Johnson.

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