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Mostrando entradas de noviembre, 2022

Confianza

Se diría que el animal humano es más bien receloso, y sin duda tiene buenas razones para ello. Las abuelas no se cansaban de recordarnos que no nos fiáramos de nadie, y la sabiduría popular nos insiste en la precaución y nos previene contra la ingenuidad despreocupada.  Sin embargo, no solemos ser conscientes de hasta qué grado toda nuestra convivencia social está edificada sobre la confianza, más que sobre lo contrario. Sin confianza resultaría imposible mantenernos unos cerca de otros, colaborar o compartir unas pautas de vida en común (algunas de ellas explícitas, pero sobre todo implícitas). El conductor circula por la derecha esperando que el que viene en sentido contrario haga lo mismo; el comprador confía en que no será estafado; el amigo o el amante se apoya en la lealtad del otro. En un ámbito más amplio, la propia democracia se sustenta en la expectativa de honradez que, aun con reticencia, se otorga a unos candidatos. Se podría considerar que la confianza es el lubricante f

Malos humores

Cosa fea, desconcertante e insidiosa son los malos humores repentinos, que irrumpen desde los recovecos subterráneos del inconsciente y nos inundan el ánimo, robándole la luz y la voluntad.  Últimamente me vienen brotando unos cuantos, con su desfachatez despótica, acaparando ciertas horas sin ningún miramiento. ¿Qué secretos motivos los arremolinaron, y abrieron las brechas por las que emergió su amarga lava? ¿Será el aluvión abigarrado de gentes y emociones intempestivas, que a mis años me encuentran con las fuerzas flojas y la paciencia escasa? ¿Serán las noches sin paz, remendadas de sueños a ratos pastoriles y a ratos siniestros?  No sé si los habrán fermentado esos signos de los tiempos, o leyes más recónditas, o el mero discurrir agridulce de la vida, pero estos días me azotan, como rachas sofocantes en la cara, humores malos que zarandean mi amistad con el mundo. De repente todo me molesta, las cosas parecen desquiciadas por sañudos duendes, la belleza y la alegría no aparecen

Perversidad

Más allá del bien y del mal ―sobre todo del mal―, habita esa cosa nefasta que es la perversidad. Si el mal es el fracaso de la ética, la perversidad ―que es la maldad de la maldad― representa el fracaso de lo humano: la contorsión de lo malo, su ensañamiento, su complacencia en la estructura rota.   La perversidad es lo malo que, al apropiarse cualidades de lo bueno ―el placer o la fuerza―, se convierte en infausto, multiplicándose por sí mismo hasta la desmesura. Porque incluso el mal tiene su código, podría decirse que tiene su ética: miramientos, escrúpulos, líneas rojas. Pero no en la perversidad, que es el mal desatado y campando a sus anchas, sin referentes, sin siquiera una excusa: puro deleite en su propia sustancia.  Un mal alambicado sobre sí mismo, degustador de la miseria, gourmet de la depravación. Un mal, podría decirse, desnortado, sumido en un narcisismo incapaz de elegir otra cosa que él. Es la complacencia en el dolor, que nunca debería quererse; son las razones pues

Zozobras matinales

Muy de mañana, mientras vago sonámbulo preparándome para acudir al trabajo, atravieso uno de los momentos más difíciles del día. Es como si me asomara a un mar gris y revuelto en el que malditas las ganas que tengo de salir a bogar. Sé que debo tomarlo agradecido: al fin y al cabo, es una jornada más de vida; hay quien ya no verá amanecer. Y cuando consigo ponerle un poco de humor alcanzo a vislumbrar, allá en el horizonte, la promesa de aventuras por vivir y tierras que conquistar. Pero, qué le vamos a hacer, el ánimo no suele darme para ver más allá del tumulto de la sucia espuma perfilando la orilla. Ni cíclopes ni ninfas, ni Ítacas nostálgicas, me bastan para contrarrestar las ganas de quedarme en la cama.  Ando huraño y desabrido. ¡Hay que ver la de gente con la que me peleo en mi cabeza! Ya antes de levantarme, absorto en el techo, me vienen a la memoria ecos de algún desencuentro reciente. Y ya quedo cautivo sin remedio, desgranando mis indignaciones mientras me ducho, mientras