Ese chusco juego de palabras, que combina el guiño y el clamor a la indignación, es el lema que ha elegido el secesionismo, a través de unos sindicatos abducidos por el entramado nacionalista cuando no directamente vinculados a él, para movilizar al poderoso lobby de la enseñanza. Una reacción de indignación exagerada e hipócrita, en respuesta a declaraciones que algunos políticos, de muy poco tacto y menos luces, han ido haciendo últimamente sobre lo que ellos han llamado burdamente “el adoctrinamiento” en las escuelas catalanas en contra de España y lo español (lo que pueda haber de verdad tras esa afirmación, que lo hay pero demasiado sutil para resolverlo con una expresión tan simplona como “adoctrinamiento”, no es objeto de este escrito). “No nos toquéis…”, además de parafrasear una exclamación de indignada hartura, pero en chocarrero, evoca esa constelación emocional de rechazos, ascos y prevenciones que precisamente se quiere despertar, algo así como un “No pongáis vuestras suc...
Apuntes filosóficos al vuelo de la vida