¿Por qué pedirte el bolígrafo en vez de quitártelo? Se diría que tomarlo por las buenas es más directo y sencillo, y encima me permitiría apropiármelo. Simple de mí, me asombra que la mayoría de la gente opte por la solicitud y el préstamo. Admito que, desde un ángulo estrictamente pragmático, pedir en lugar de afanar me dispensa del desasosiego de ocultarme, una tensión añadida y un quehacer superfluo que requeriría mi atención y mi tarea de encubrimiento. Al mismo tiempo, evita los posibles incordios de ser descubierto (o considerado sospechoso); si conservo tu confianza, es más factible que cuente con tu colaboración, y nunca se sabe. Es verdad que tu favor me impone la contrapartida de ayudarte si tú lo pides, y a nadie le gusta estar en deuda. Pero, en un plano más sutil, al mismo tiempo hilvana un vínculo positivo entre ambos, lo cual, de nuevo, hace más probable tu cooperación. Al pedir te confirmo digno de confianza, te atribuyo un estatus positivo y apoyo tu autoestima; s...
Apuntes filosóficos al vuelo de la vida