“Lo humano” es, en buena parte, una herencia de esos peculiares animales que fueron nuestros antepasados; pero quizá sea, más bien y ante todo, un inventario de convenciones que, más o menos deliberadamente, hemos ido implantando en nuestros intercambios. Lo humano es lo social, las reglas de interacción que se han ido estipulando socialmente en una cultura, y que, una vez cristalizadas, vuelven a nosotros en forma de señas de identidad. Todos los grupos se consideran a sí mismos arquetipos de lo humano, y a los demás se les reserva el exilio de la extrañeza.
Apuntes filosóficos al vuelo de la vida