A veces fantaseo sobre cómo sería si me hubiese permitido ser más natural, si no me hubiese sometido al perpetuo escrutinio de mis prejuicios... No creo que hubiese sido mucho más malo; tal vez sí, en cambio, más interesante. Vivir habría resultado un asunto más ameno y menos gravoso. Seguro que le habría caído bien a Holden Caulfield, a Tom Sawyer; al Gran Meaulnes; a Alfanhuí. Habría sido mucho más espontáneo y divertido. Con buen sentido del humor y un poco pícaro. Habría hecho más deporte y me hubiese peleado con un montón de compañeros, que habrían acabado, probablemente, siendo mis amigos. También habría salido con más chicas. Seguramente no se me habrían dado tan bien los estudios, al fin y al cabo yo estudiaba como una manera de refugiarme y de ser bueno en algo. Hubiera empezado a trabajar más joven y no tendría tantos libros, y ni hablar de haber escrito poesías o canciones cursis. Estaría menos versado en filósofos y más en don de gentes. Mis hijos ya andarían creciditos....
Apuntes filosóficos al vuelo de la vida