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Mostrando entradas de abril, 2020

No rendirse todavía

Razones para el pesimismo nunca faltan. Tampoco para un cierto optimismo (al fin y al cabo, queremos vivir), pero estas siempre nos parecen más frágiles, menos convincentes, como los matojos que pueden ser arrasados por el manotazo de una sola riada. Lo bueno siempre parece volátil, alzado fatigosamente a contrapelo del mundo, mientras que lo malo se impone en un momento, lo malo es lo que queda invariablemente tras lo bueno, y para que llegue solo hace falta esperar. Por eso nos parece más real, más consistente. Es como si hubiese un sustrato de desgracia que siempre acaba por emerger, más tarde o más temprano, en cuanto algo sacude la fina capa de lo feliz. Como si lo bueno fuese la excepción, un lujo, una rareza que hubiese que remontar con sangre y sudor por la ladera de Sísifo, para ver cómo luego, en cuanto flaquean las fuerzas o aflojamos por un instante, se nos escapa rodando cuesta abajo, y se hunde al fondo en un momento. El pesimismo posee la razón incólume de los hec...

La curva

Un país entero (y así están todos) recluido, inmovilizado, aletargado en la penumbra de los muros, vive o más bien sobrevive conteniendo la respiración, pendiente de una curva. Nunca la inflexión de una línea resultó más acuciante, ni siquiera en las montañas rusas de la economía. Cada día escuchamos ansiosos los datos sobre los infectados y las muertes de esta infame pandemia, anhelando la esperada noticia de que por fin la tensa contención da fruto, y se atenúan los contagios, y remite la marea trágica de los difuntos. Y se dobla de una vez la maldita curva. Triste récord el nuestro, primeros ya en casos y en muertos por habitantes. España herida, atada a la rueda fatal de sus tribulaciones: “De todas las historias de la Historia, la más triste sin duda…” ¿Qué hiciste, insensata? ¿Cómo te convertiste, una vez más, en campeona del estrago? Algún día tendremos que mirarnos al espejo y lamentar nuestros errores. Todos hemos pecado de insensatos. Pero algún día, también, deberían pag...

Resistir

«Resistiré» : la vieja canción del Dúo Dinámico ha sido rescatada en estos tiempos de angustia, y para algunos se ha convertido en un himno y una oración. Necesitamos símbolos que activen y canalicen nuestras fuerzas: en horas desesperadas, queda prohibido rendirse a la impotencia. Le preguntaban al presidente si podemos hablar de situación de guerra, y él tuvo la integridad (al menos, en esto sí) de confirmarlo. El presidente está intentando aprender, a marchas forzadas, a hacer de hombre de Estado, parecerse a ese líder colectivo que necesitamos; y a veces lo consigue, aunque le falte un poco más de genio y firmeza al timón. Por supuesto que estamos en guerra: la humanidad entera contra un enemigo común, el Independence Day frente al invasor que nos amenaza con el exterminio. Ya tenemos una considerable, amarga lista de bajas. Y en el frente batallan sin respiro esos héroes a los que cada día aplaudimos en los balcones a las ocho de la tarde, esos que se la juegan en primera lí...